martes, 26 de marzo de 2019

Impliquémonos


Hoy no hablaré de él. Tampoco me centraré en ella. Hoy la víctima y el autor pasarán, si me lo permitís, a un segundo plano. Hoy, aún a sabiendas de que me salgo un poco del guion habitual, pondré el foco en el entorno de la pareja; en aquellos y aquellas que, aun cuando se encuentran en una posición privilegiada de detección y ayuda, optan en multitud de ocasiones por guardar silencio.

Por si todavía te estás preguntando sobre el tema que os traigo, procedo a aclararlo antes de entrar de lleno en materia: pretendo escribir sobre la importancia del apoyo externo en la violencia de género. Hablo de aquella que cursa del varón hacia la mujer, siempre y cuando exista o haya existido una relación de afectividad entre ambos (según la definición legal vigente en nuestro país).

Hace unos días conocíamos las estadísticas del 2018 sobre violencia de género, a través de la Web oficial del Consejo General del Poder Judicial. 166.961 denuncias: un 0’4% más que en 2017. Pero de todos estos casos, ¿cuántos se iniciaron por la propia víctima? Un 69’06%, exactamente. Es decir, 115.303, de los que 4.676 fueron denuncias interpuestas directamente en Juzgados y 110.627, ante Fuerzas y Cuerpos de Seguridad con competencia en instrucción de atestados en este ámbito.

Casi en un 70% de los casos fue la propia mujer, por su propio pie y en lo que yo, personalmente, considero un alarde de valentía; quien se “plantó” ante un Juzgado o en una Comisaría a pedir amparo. Por motivos de espacio no me detendré a desglosar el 30% restante (si tenéis curiosidad por conocer los datos en mayor profundidad os invito a consultar el informe). Solamente os diré que 768 denuncias (un 0’46% del total) fueron presentadas por familiares en Juzgados, a lo que habría que sumar las 2.716 interpuestas por éstos ante Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (un 1’63%). Juntos ascenderían a un insignificante 2’09% de todas las denuncias de 2018. Un mísero 2% de casos en los que el círculo más cercano de la mujer da el paso y pide ayuda para su ser querido.

No sé a vosotros y vosotras, pero a mí me parece que falta implicación “por un tubo”. Pensad que una mujer víctima de maltrato se enfrenta a muchos factores, sobre todo psicológicos, que le van a complicar enormemente demandar auxilio por sí sola. Os hablo de miedo, dependencia emocional y económica, baja o nula autoestima… Barreras que la aíslan del exterior, que la debilitan hasta el punto de estar a merced de su maltratador.

Aquí han de entrar en escena los familiares, amigos y amigas, vecindario, etc. Me refiero a todo aquel que, de una forma u otra, pertenezca al círculo cercano de la víctima. Es momento de salir del silencio cómplice y pasar directamente a la acción. No podemos mirar para otro lado porque todavía creamos que “son solo problemas de pareja”. La violencia de género nos afecta a todos y todas, impliquémonos.


martes, 5 de marzo de 2019

El papel del varón

Con el 8M a la vuelta de la esquina, como quien dice, muchos hombres nos preguntamos sobre la mejor manera de apoyar a nuestras compañeras. Utilizo la primera persona del plural porque me incluyo en el lote, faltaría más. Del rico refranero popular recupero esta frase: "Preguntando se llega a Roma"; que, por cierto, viene al pelo para describir cuál ha sido la vía que he elegido para salir de la duda. Quién mejor que mi amiga y maestra Angélica Cuenca para acometer esta empresa.

Solo necesité enviarle una foto del párrafo inicial, acompañado por un "¿te animas?". A buen entendedor pocas palabras bastan. En cuestión de media hora tenía una respuesta. ¡Y qué respuesta! Dos minutos de audio de Whatsapp que valen su peso en oro. Procedo, a sabiendas de mis limitaciones, a resumiros los consejos que mi admirada psicóloga nos da a los hombres de cara al próximo viernes 8 de marzo.

Su propuesta gira en torno a una palabra: ESCUCHA (que conste que las mayúsculas son, también, cosa de ella). "Escucha qué es lo que las mujeres tienen que decir; escucha a las mujeres hablar sobre qué es el feminismo; y sobre todo, escucha las dificultades que se encuentran en su día a día, por el mero hecho de ser mujeres." Por otro lado, a nivel práctico, nos pide que ese día nos encarguemos de los cuidados para permitirles a ellas participar activamente. En esta línea continúa: "Si eres empresario, facilita a tus trabajadoras ir a la huelga y por supuesto, no tomes represalias contra ellas; si eres profesor, no pases lista ese día porque hay un bien mayor..."

Pero no se queda aquí, no señores. Mi queridísima Angélica retoma ese vocablo mágico con el que comenzó sus recomendaciones: ESCUCHA. "Escucha por qué las mujeres queremos ir a la huelga; escucha por qué las mujeres estamos tan indignadas; escucha por qué las mujeres nos sentimos inseguras; escucha por qué las mujeres nos sentimos agredidas; y escucha por qué las mujeres sentimos que estamos en desigualdad de condiciones con nuestros compañeros varones."

Termina con una frase que a mí, personalmente, me eriza todo el vello del cuerpo: "Debéis entender que esto es una lucha por los Derechos Humanos, una lucha por la IGUALDAD (en mayúsculas)." Aquí hay uno que ha captado el mensaje. Es más, en la medida de mis posibilidades pondré todo de mi parte por apoyar a las mujeres en tan justas demandas. Como ella misma puntualiza, "la escucha no ha de limitarse al 8 de marzo, más bien ha de ser extensiva a todos los días del año." Por ellas, por vosotras. Gracias compañera.


Imagen extraída de https://eldia.es/sociedad/2018-03-01/2-marzo-Dia-Internacional-Mujer-Yesica-Rivero.htm

viernes, 1 de marzo de 2019

Las mujeres de mi vida

Se acerca el 8M. Este año, tras las históricas movilizaciones del pasado, se espera una acogida sin precedentes. Las mujeres saldrán a la calle a reclamar lo que por justicia les pertenece, en una sociedad que todavía - bien entrado el siglo XXI - sigue en proceso de cambio. La igualdad, por mucho que nos duela, no es aun una realidad. Es más, vivimos un momento social y político que empuja a la unión sin fisuras para proteger lo logrado y seguir en la dirección adecuada. Una frase que ha inundado las redes estos días define a la perfección la postura actual del feminismo: "Ni un paso atrás".

En medio de este panorama, del que sin duda saldrán reforzadas nuestras mujeres, me gustaría hablaros de tres de ellas. Tres de vosotras. Iré de mayor a menor, de más experiencia a la total inocencia, de la sabiduría de una abuela a la "ricura" de una - todavía - pequeñaja.

Empezaré por quien me trajo al mundo: mi mamá. Son ya 34 años a su lado, piel con piel. Mi madre tiene una manía de la que nunca se podrá desprender: si decide cogerte la mano, será difícil que en algún momento te la suelte. Dedicación es, sin atisbo de duda, la palabra que mejor la define. Gracias por enseñarme el valor del esfuerzo, la importancia de ser sincero y la virtud de escuchar al prójimo.

En segundo lugar, en estricto orden de edad, está Esther. Mi compañera de viaje, mejor amiga, confidente. Por tu culpa entré en contacto con el feminismo; es algo que no te podré perdonar jamás. Siempre has sabido complementarme y día a día me demuestras con tu ejemplo que los sueños, si se persiguen con pasión, corren el riesgo de convertirse en realidad. Como colofón me has dado las dos mayores alegrías hasta la fecha: Óliver y Sofía. Nuestros pequeños.

Por último, no podría pasar sin mencionar a una mujercita de algo más de 6 meses. Nuestro ángel Sofía. A pesar del poco tiempo entre nosotros, ha conseguido ganarse nuestros corazones con su sonrisa. Te prometo que tu mamá y un servidor haremos lo posible por educarte en igualdad.

Ellas son las mujeres más importantes de mi vida. Ellas, junto con muchas de vosotras, se echarán a la calle el próximo día 8 de marzo a exigir derechos y oportunidades. Sin ellas, he de confesaros, no sería quien soy. Gracias.


Imagen extraída de http://eldopolis.com.ar/actividades-y-homenajes-en-conmemoracion-por-el-dia-internacional-de-la-mujer/