sábado, 28 de diciembre de 2019

Carta a los Reyes Magos


Queridos Reyes Magos, este año me he portado de maravilla, aunque esto es algo que vosotros ya sabéis. Lo de “Magos” no es un calificativo inerte, en absoluto. He intentado, día sí día también, ser corresponsable, conciliador y, no menos importante, cariñoso. Porque ser hombre y dar cariño a los tuyos, sobre todo a tus hijos e hijas, no es incompatible. En el plano laboral también me he esforzado por ayudar a cada hombre y mujer que nos ha necesitado. A mí y a mi equipo, por supuesto. En unos casos lo hemos llevado a cabo con más éxito; en otros, con menos, pero siempre, sin excepción, nos hemos dejado la piel para tenderle la mano a quien demandó auxilio. La pasión por lo que hacemos es nuestro signo de identidad.

Dicho lo cual, sus Majestades reales, pasaré a enumerar mis deseos para este 6 de enero. Espero que mi carta de presentación sea motivo suficiente para darme estos “caprichitos”. Vamos allá:

Queridos Reyes Magos, en primer lugar, os quiero pedir un buen porte de esperanza, a ser posible en cantidades industriales. Para mí, como no, y para todos aquellos – y aquellas - que dedican su tiempo y sus esfuerzos a la búsqueda de la igualdad. Me refiero a aquella que persigue poner en un mismo escalón a hombres y mujeres, en lo que a derechos y oportunidades se refiere. Esperanza para seguir creyendo en la meta, para continuar, paso a paso, caminando en la dirección adecuada. Traedla, por favor, porque tirar la toalla nunca ha sido – ni será – una opción.

Queridos Reyes Magos, en línea con mi primera petición os pido, para los y las que no creen en esta justa causa, un saco repleto de gafas violeta. O moradas, que para el caso es lo mismo, a ver si con ellas puestas consiguen dejar de ver la realidad tan distorsionada. Dicen mis amigas feministas, y yo lo comparto, que una vez te las pones es imposible quitárselas. ¡Pues claro! ¿Quién podría darle la espalda e incluso, poner obstáculos, a algo tan sensato? Lo creáis o no, todavía quedan muchos (y muchas, of course) que niegan lo evidente. Lo dicho, gafas moradas a tutiplén.

Queridos Reyes Magos, por último, no puedo dejar de pediros por las familias y amistades de las 55 mujeres asesinadas en el contexto de la violencia de género en lo que va de este año. Hablo de los casos confirmados por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, porque, aparte de ellas, existen 3 casos que se encuentran actualmente en investigación. Traedle consuelo, en la medida de lo posible, para superar esta injusticia de magnitudes colosales. Espero que dentro de unos años (los mínimos, si no es mucho pedir) echemos la vista atrás y pensemos: “Cómo era posible, allá por 2019, que casi 60 mujeres fueran asesinadas por sus parejas o ex, por el simple hecho de haber nacido, precisamente, mujeres”.

Queridos Reyes Magos, habéis podido comprobar que no he sido excesivamente “pedigüeño”, como diría mi santa madre. He querido ir al grano, para que nada se os pase y así poder tener todas mis peticiones satisfechas. Gracias de antemano por vuestro esfuerzo y dedicación.

P.D.: Os dejo un par de vasos de leche para los camellos y un plato de mantecados para vosotros debajo del árbol. Un fuerte abrazo, Álvaro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario