En el día de ayer tuve la suerte de participar en la Media Maratón de Antequera. Ciudad caracterizada por sus preciosas iglesias, "blancas y gongorinas" tal y como las describió Gerardo Diego, en el plano histórico-cultural, y por sus riquísimos molletes, en el gastronómico que a mí tanto me gusta ¡Yum!.
He de confesar que no iba especialmente ilusionado. No había descansado lo suficiente en las jornadas previas y estaba algo acatarrado. Con esas sensaciones salí de casa rumbo a mi segunda Media Maratón de la temporada (07:55 am, domingo 10 de noviembre).
El sentimiento de cansancio y desgana me duró aproximadamente 15 minutos (tiempo invertido en llegar al punto de encuentro con Laura, Diego, la incombustible Aurora y Javi). Fue verlos y vaticinar que me encontraba ante un gran día rodeado de amig@s.
El trayecto de coche fue bastante ameno (de ello se ocupó nuestra Médico de Familia), lleno de historias apasionantes y situaciones esperpénticas del baúl de nuestra amiga... sin duda lo mejor fue la "cita" que mantuvo la noche anterior, en la que todo el contacto físico se redujo a una caricia en el pelo muy desafortunada... incluso di una cabezada que me vino de perlas para sentirme algo más fresco.
En un santiamén estábamos a las puertas del pabellón de atletismo, donde nos esperaban con los brazos abiertos un nutrido grupo de atletas y acompañantes del Grupo de veteranos y populares del Club Nerja Atletismo. ¡Y qué grupo! Allí no faltaba casi nadie. En cuestión de 30 minutos, retirada de dorsal, preparación y calentamiento incluidos, me vi rodeado de unos 600 atletas dispuesto a devorar esos 21.097 metros que nos separaban de la gloria. Con esa motivación y dibujada una enorme sonrisa en la cara, tras desearnos suerte mutuamente, sonó el pistoletazo que daba comienzo a la segunda edición de la Media Maratón de Antequera.
La Media Maratón de Antequera podrá ser calificada de muchas formas: dura, por sus cuestas y adoquinados durante los últimos 6 kilómetros, bien organizada, rodeada de naturaleza y aire puro... pero nunca me atrevería a etiquetarla de bonita. Carreteras nacionales, polígonos industriales, si no hubiera sido porque siempre fui en grupo y veía corredores en el horizonte, habría pensado que ya no estaba en el recorrido y por tanto me había perdido... ¡Por Dios qué cantidad de campo y descampados! Pocos gritos de ánimo escuchamos antes del km. 15. Una vez en las calles de la ciudad, la dureza se incrementó enormemente pero hay que agradecer la gran presencia de antequeranos empujando a los atletas con sus aplausos. ¡Va por ustedes público!
Volviendo a la carrera, y transcurridos tan sólo 5 kms (19:55 minutos aproximadamente), confirmé que tenía buenas sensaciones y que podría hacer una buena marca. Eso sí, me costó sudor y lágrimas enganchar al buen grupito... durante los 10 primeros kilómetros lo llevaba a unos diez metros, sin que tal distancia se acortara ni incrementara. Fue alrededor del km.11 cuando les di alcance. Un total de 5 hombres y 1 mujer (la primera de la general, Eugenia), rodamos sin despegarnos hasta el avituallamiento del km. 15. Mi compi Fernando andaba como unos 5 metros por delante, avanzando en solitario. Fue aquí cuando me descolgué del grupo con Eugenia, no pudiendo aguantar el ritmo que marcaban los demás... con este panorama la carretera empezó a picar hacia arriba, cuestas y más cuestas, que al rato (y tras dar alcance a Fernando), se convirtieron en incómodos adoquines.
A falta de dos kilómetros las fuerzas empezaron a escasear. Tuve que soltar a Fernando y Eugenia hizo lo propio conmigo, quedando en tierra de nadie. Es en estos momentos cuando el fondista apela a la capacidad de sufrimiento, y llena su mente de pensamientos positivos y motivadores que le den el último achuchón. Por mi cabeza pasó mi tito, que en paz descanse, mi familia, el gran momento por el que paso en el trabajo (me siento un auténtico afortunado en los tiempos que corren)... y la frase que me repetía a mi mismo era: "ya no queda nada, aprieta que ya lo tienes". Con esa bonita gestión del sufrimiento llegó la dulce pendiente descendente, ¡casi un kilómetro de bajada que supo a gloria!, para acto seguido entrar en un pabellón abarrotado de público... aquí me volvió a dar alcance la súper campeona, y el hombre del micro coreaba su nombre apasionadamente... unos últimos metros para recordar.
Fernando cruzó la línea de meta 3 segundos por delante nuestra, esperando junto al puesto de bebidas para abrazarnos tras el carrerón. Por mi parte, la recompensa al esfuerzo realizado llegó por duplicado: una personal best (1h 27' 35'') y una foto finish publicada en el diario sur junto a mi compañera de club (desde aquí doy las gracias al fotógrafo y al editor por no cortar la foto y concederme ese granito de popularidad... xd). ¡Todo un éxito vaya!
Una vez repuestos los líquidos perdidos y tomada la correspondiente ducha helada (algún organizador olvidó encender el termo), llegó el momento de los reconocimientos. ¡Y es que Antequera se quedó sin molletes! Sí, sí, tal y como lo oís... los trofeos, que tenían forma de mollete, fueron acaparados por mi compañer@s de Club. Qué mejor reconocimiento al esfuerzo y dedicación deportiva de estos grandes fonderos...
Desde aquí felicitar a Esther Sánchez, por ese merecido tercer puesto en la general femenina. El primero de muchos logros esta temporada de la maratoniana más guapa de todas... Mi queridísima Amiga Laura, tercera senior contra todo pronóstico y sin entrenar... A José Mari y Alfredo, primero y segundo respectivamente de los veteranos Z... Uy, quería decir D, perdonad el lapsus jeje... bromas aparte, dos espejos en los que mirarme. Al grandioso Pepe el militar, segundo en categoría veteranos E, con otro tiempazo, y a Carmen y María Jesús, que también tuvieron oportunidad de saborear la gloria en el podio del Centro de Tecnificación de Antequera.
Para terminar, y tras hacer mención a una súper divertida comida rodeado de amig@s, en un restaurante de postín, me gustaría dedicar estas últimas líneas a nuestro míster Pepe Garrido. Gran entrenador y mejor persona, él es el artífice de que sus pupilos vayan cosechando éxitos allá donde van... ¡Qué palabras más bonitas nos dedicaste al final del almuerzo! Te salieron del alma y a mí me tocaron la patata... gracias a ti por ser como eres... no se te ocurra cambiar Míster.
P.D.Se aceptan sugerencias sobre la posible adición de nuevas imágenes...
Figura 1. Foto de equipo
Figura 2. Entrada en meta
Figura 3. Últimos metros de sprint
Figura 4. Otra de equipo...
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