Dedicado a un luchador optimista, a un chico que irradió ganas de vivir a cada segundo, incluso cuando todo parecía oscurecer. Dedicado a Pablo Ráez. Va por ti.
Gracias Pablo por darnos tantas lecciones de vida. A tus 20 años has demostrado una entereza y una madurez que no son, para nada, acordes a tu temprana edad.
Gracias por enseñarnos a disfrutar cada instante; a base de compartir momentos de tu día a día y de la encarnizada batalla que has librado contra la enfermedad, nos has abierto los ojos a un mundo lleno de experiencias. Cada momento cuenta, cada instante hay que vivirlo intensamente pues podría ser el último.
Gracias por mostrarte tan natural, por abrir las puertas de tu privacidad para que pudiéramos ser un poco partícipes de tu inusitado optimismo.
Gracias por afanarte en cubrir las carencias de las instituciones. Desde tu marcha, las donaciones de médula se ha cuadriplicado. No obstante lo anterior, seguimos sufriendo los efectos de una sanidad deficiente. Falta personal, recursos y lo que es aún peor, una disposición decidida a mejorar. La voluntad del hombre mueve el mundo, de eso ya no cabe duda Pablo.
Gracias de corazón. Tu nombre perdurará en el recuerdo de muchos. Tu lucha no fue en vano. Descansa en paz, campeón.
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