Lo prometido es deuda. Tal y como auguré en mi retorno, la continuidad está asegurada. Se le coge rápido el gusto a esto de teclear...
¿Qué será eso de la Inteligencia emocional? Una Temática que, según dice mi mujer y razón no le falta, podemos encontrar en la sección de "autoayuda" en la Casa del Libro, pasa desapercibida al 90% de la población. Primero tendremos que introducir el concepto de "autoayuda", que para un profano puede indicar cierto grado de locura y necesidad irrevocable de cuidados intensivos... Nada más lejos de la realidad. El término proviene del inglés "selfhelp", data del siglo XX (por lo que podríamos decir que aún se encuentra en fase embrionaria) y aglutina materias que se mueven entre la búsqueda del éxito, en un extremo, y la obtención de soluciones a cualquier tipo de problemas, en el otro. Aquí solo hablaré de los más próximos a lo que podríamos llamar el extremo positivo.
Corría el año 2011 cuando mi atención se vio atraída por la inteligencia emocional. Fue en la fría Ávila, durante una clase de gestión de recursos humanos, de boca de una profesora a la que idolatro, cuando llegó a mis oídos ese concepto que, hasta la fecha, no formaba parte de mis limitados conocimientos. He de admitir que en un primer momento me mostré algo reticente a introducirme de lleno en él (el temor a lo desconocido, supongo), pero no tardó mucho en calar. Pronto me vi en la librería buscando el título principal de la bibliografía complementaria: Inteligencia emocional, de Daniel Goleman.
Hechas las presentaciones, entraré de lleno a hablaros sobre lo que me ha aportado en mi vida personal y profesional, que es lo que en realidad importa. Algunos todavía os estaréis preguntando qué leches significa la inteligencia emocional esa... Perdonad mi despiste, me acabo de percartar de que no os he introducido a mi aliado principal en el día a día. El término agrupa una serie de habiilidades psicológicas, que nos van a permitir expresar nuestras emociones e interpretar las de los demás, relacionarnos en la vida social con éxito y conocer nuestros sentimientos, en definitiva. Menuda chapa nos acaba de soltar aquí este tío... Dejad que me explique. Por ejemplo, la empatía (con la que todos estáis familiarizados) es una habilidad de la inteligencia emocional. La autoconciencia o conciencia de uno mismo y las relaciones sociales, también.
Bueno, por vuestras caras parece que he tenido éxito en la introducción de los conceptos. Ahora sí podemos hablar de su aplicación y utilidad reales. Pues bien, se trata de una herramienta esencial para relacionarnos con los demás y sumergirnos de lleno en la vida en sociedad. La capacidad de saber ponernos en el lugar del otro, escucharlo atentamente cuando es lo que necesita o, distiguir el momento en el que lo que pide es un consejo sincero, son "armas" que nos conducirán al éxito social. No sólo eso, sino que en el ámbito laboral, estas aptitudes sociales o emocionales podrían darnos el empujón que se necesita para lograr ese ansiado ascenso.
Conceptos como el liderazgo, el trabajo en equipo, la organización eficaz del tiempo, por citar algunos, son primos hermanos de la inteligencia emocional. Porque no es lo mismo un líder que un jefe. ¿A no? Distintos collares para un mismo perro... Resulta que son muchas las diferencias. Un líder inspira y motiva; sus trabajadores o subordinados (digo esto porque mi empresa está jerarquizada) lo siguen por el hecho de que es un ejemplo y confían plenamente en él. Por su parte, un jefe es aquel que está investido de autoridad para mandar y dirigir; al que se le sigue por "decreto"; incluso puede recibir el apelativo de tirano en algunos casos extremos. En mi caso, como gestor de personas, intento tener todo esto muy presente.
Pongamos un ejemplo: comienzo a desempeñar mis funciones en un nuevo puesto de trabajo en el que estoy a cargo de 3 compañeros. El primer día me ocuparé de acometer una presentación completa. Inquietudes, puestos de trabajo anteriores, familia, aficiones... En definitiva, intentaré conocer a estos nuevos trabajadores. Cada persona es de su padre y de su madre, motivo por el cual el trato podrá ser muy dispar. Una vez roto el hielo, les transmitiré mis principios y lo que espero de ellos. La sinceridad ha de ser siempre nuestro mayor activo. A partir de ahí, iniciaremos nuestra andadura como equipo de trabajo. Asignar responsabilidades y dar pie a la iniciativa, así como delegar, son vías muy fuertes de motivación. Al personal le gusta sentirse útil y saber que aportan su granito de arena al proyecto común, han de sentirse parte de un colectivo. Entrar a trabajar con una sonrisa y preguntar por el hijo pequeño de tu compañero, que ha tenido gripe, son detalles que van convirtiendo a un jefe en un líder. Han de saber que pueden compartir sus problemas y preocupaciones contigo. El capitalismo nos hace olvidar que detrás de una producción y unos resultados satisfactorios se encuentran seres humanos, no máquinas. En otro momento entraré de lleno en los elementos motivadores y en cómo el dinero no es, por mucho que nos duela, un motivador a largo plazo.
Pongamos un ejemplo: comienzo a desempeñar mis funciones en un nuevo puesto de trabajo en el que estoy a cargo de 3 compañeros. El primer día me ocuparé de acometer una presentación completa. Inquietudes, puestos de trabajo anteriores, familia, aficiones... En definitiva, intentaré conocer a estos nuevos trabajadores. Cada persona es de su padre y de su madre, motivo por el cual el trato podrá ser muy dispar. Una vez roto el hielo, les transmitiré mis principios y lo que espero de ellos. La sinceridad ha de ser siempre nuestro mayor activo. A partir de ahí, iniciaremos nuestra andadura como equipo de trabajo. Asignar responsabilidades y dar pie a la iniciativa, así como delegar, son vías muy fuertes de motivación. Al personal le gusta sentirse útil y saber que aportan su granito de arena al proyecto común, han de sentirse parte de un colectivo. Entrar a trabajar con una sonrisa y preguntar por el hijo pequeño de tu compañero, que ha tenido gripe, son detalles que van convirtiendo a un jefe en un líder. Han de saber que pueden compartir sus problemas y preocupaciones contigo. El capitalismo nos hace olvidar que detrás de una producción y unos resultados satisfactorios se encuentran seres humanos, no máquinas. En otro momento entraré de lleno en los elementos motivadores y en cómo el dinero no es, por mucho que nos duela, un motivador a largo plazo.
En otro orden de cosas, y aprovechando que vivimos tiempos difíciles, debéis saber que las entrevistas de trabajo giran, en su práctica totalidad, sobre el estudio de estas habilidades en el candidato. Los test de inteligencia (aquellos que nos permitían determinar el coeficiente intelectual de la persona) han pasado a mejor vida. En algunos trabajos técnicos, que requieren de una alta cualificación, sí se sigue teniendo en cuenta, sin embargo, el trabajo en equipo y la inteligencia grupal, en líneas generales, se ha impuesto holgadamente. Los grupos de trabajo multidisciplinares han tomado el control de las empresas del siglo XXI, por lo que se demanda gente que sepa exprimir sus capacidades en el seno de un equipo y, en definitiva, que sean "duchos" en las relaciones sociales.
Llegado a este punto, solo me queda recomendaros la bibliografía que he utilizado y que me ha llevado a enamorarme de esta rama de la Psicología. Daniel Goleman es el creador del término, por lo que nos ceñiremos en su totalidad a su producción literaria. Inteligencia emocional, La práctica de la Inteligencia emocional, La Inteligencia emocional en el trabajo y Liderazgo, son los libros que un servidor ha tenido la oportunidad de devorar hasta la fecha. Pero ya os anticipo que hay muchos más.
Espero no haberos aburrido en exceso y que la información que os transmito os sea de gran ayuda en vuestras maravillosas vidas. Ah! Que sepáis que me agradaría mucho que compartiérais conmigo vuestros pensamientos, opiniones e incluso críticas (sólo las constructivas, claro), para que así nos podamos seguir enriqueciendo mutuamente. Un fuerte abrazo queridos bloggers
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