UN SÁBADO CUALQUIERA EN CÓRDOBA

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UNA DE BUENOS AMIGOS

martes, 25 de octubre de 2016

Carrera Urbana Ciudad de Málaga 2016

Hola Bloggers! Después de otro largo período de inactividad, reaparezco con una entrada relacionada con el deporte de moda.  A aquellos que hayáis pensado en el fútbol, debo sacaros del error. Hablo del atletismo de fondo. Esa actividad que los domingos toma la forma de carreras populares y medias maratones, entre otras, si cabe, aún más exigentes. Esa manera de ejercitarse que, en los últimos años, está generando a las marcas de zapatillas incrementos en sus beneficios anuales insospechados.
Algunos ajenos a este "boom" nos catalogan de locos, incluso desviados. Cómo es posible que se levante a las 5 de la mañana para salir a entrenar; correr es de cobardes; todo apunta a que se está obsesionando; y un largo etcétera. Las madres (aquí hablo por experiencia propia) son las más recurrentes en los comentarios, que en su mayoría aluden a la pérdida excesiva de peso ("hijo mío, come que te estás quedando muy delgado"). Sin embargo, estos "locos de atar" persisten en su conducta. ¿Cuál es el porqué de esta "cabezonería"? Aquí radica el kit de la cuestión y el primer eje sobre el que va a girar el cuerpo de esta entrada.
Somos seres sociales, y como tales necesitamos de la aprobación y el respaldo de los demás. El volumen de ventas de zapatillas de running habla por sí sólo: el número de apasionados por este deporte supera al de aquellos que nos tildan de desequilibrados, a los números me remito. No podría ser de otra forma pues el deporte es salud. ¿O no?
El pasado domingo tuvo lugar la famosa y multitudinaria Carrera Urbana Ciudad de Málaga, coloquialmente conocida como la carrera del "Corte Inglés". Como no podía ser de otra forma, todos los clubes de atletismo representativos de la provincia se dieron cita en el Paseo del Parque, con la sola intención de disfrutar de un día saludable en compañía de amigos y compañeros.
En mi caso, este día supuso un gran cambio. Pasé del azul al rojo. Pasé del color del Club que me enseñó a amar este deporte, al Club de mi localidad de residencia, caracterizado por los mismos valores deportivos. Estos son: compañerismo, salud, motivación... entre otros muchos, no menos importantes.
El Club de Atletismo Clínicas Rincón-Vélez me ha dado una acogida de campeonato. En este mundo, los colores que se portan no suponen una barrera a la hora de forjar lazos de unión, todo lo contrario. Sin embargo, se tiende a compartir Club con aquellos con los que entrenas y compites, lo que a la larga genera un sentimiento de pertenencia (recordemos que somos seres de naturaleza social).
En concreto, el Grupo 9 - del que aporto instantánea al pie de este párrafo - me ha abierto sus puertas de par en par. Entorno humano y deportivo inmejorable, con un toque de competitividad sana que a todos nos está ayudando a crecer en dos vertientes: como personas y como atletas. Así es, habéis leído bien, he dicho como personas. Y es que el atletismo es una forma de vida.



Hecha alusión al cambio personal, retomo el tema carrera de El Corte Inglés. Como decía, el pasado domingo se dieron cita en las calles de Málaga un nutrido grupo de atletas del Club de Atletismo Clínica Rincón-Vélez (también aporto imagen). Los resultados fueron inmejorables, lo cual sólo tiene una explicación posible: entrenamiento. El trabajo da siempre sus frutos.



En este sentido, un total de 13 atletas bajaron de 40 minutos en un recorrido exigente y en el que los GPS midieron por encima de lo pactado. Un éxito rotundo.
Por último, haré una breve referencia a la Liga Interna. Como iniciativa pionera, el Club ha decidido establecer un circuito de carreras en las que los atletas puntuarán en función de su marcas (por tanto, solamente se premia la rapidez). Después de la primera prueba, parafraseando a un compañero y sin embargo, amigo, la liga interna está on fire. Próxima cita: Carrera Urbana de Vélez-Málaga (o de la Esperanza), donde me consta que los cuchillos seguirán en todo lo alto. Como aliciente añadido corremos en casa.
Eso sí, sin dejar de lado la amistad que nos une y que, en definitiva, nos empuja a seguir en la senda de la mejora.
Nos vemos en el asfalto.



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