UN SÁBADO CUALQUIERA EN CÓRDOBA

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sábado, 25 de agosto de 2018

El machismo y sus gafas opacas

"No hay más ciego que el que no quiere ver"; reza el archiconocido refrán popular. Para el caso, nos viene como anillo al dedo. Resulta que el machismo, de la mano de sus defensores (los y las machistas, pues hay de ambos sexos aunque cueste creerlo), se defiende del "ataque" a sus privilegios cual gato panza arriba. No necesita de argumentos sólidos, ni recursos contrastados; simplemente se vale de cualquier arma arrojadiza a su alcance: que si la violencia no tiene género, que si existe un alto porcentaje de denuncias falsas, que si no nos importa que asesinen a hombres y a niños, que si la legislación que aboga por la igualdad no es igulitaria... y así podría seguir hasta el fin de los días. Lo dicho, que padecen de la vista.
Para esto hay una explicación sencilla: la amenaza a sus afianzados privilegios se ha vuelto una realidad. Casi la pueden tocar con la yema de los dedos. El feminismo, esa corriente o movimiento que persigue la igualdad real de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, encabezado por un nutrido grupo de valientes féminas, ha dado un puñetazo en la mesa para decir: ¡hasta aquí! Ya no te paso ni una más. A voz en grito y con el gesto visiblemente serio, imperturbable. No sé a vosotros, pero a mí como hombre privilegiado me invita a reflexionar. "A ver si van a tener razón. A ver si va a ser verdad todo eso que dicen sobre los techos de cristal, la violencia de género y demás. Suena justo y sensato, ¿no os parece?". ¡Claro que es de justicia! Faltaría más...
A mí, aliado fiel de la causa feminista, me parece que tienen más razón que un santo. Es más, desde el día en que me puse las gafas moradas no he podido quitármelas; es como si se adhirieran a la piel y pasaran a formar parte esencial e irrenunciable de tu cuerpo. Una sensación magnífica, sin duda. El machismo, por su parte, en vista de los argumentos vacíos y rancios que esgrime pareciera estar repartiendo entre sus fieles seguidores y seguidoras gafas opacas. Lentes oscuras que no permiten pasar la luz y te dejan completamente ciego. Digo esto con conocimiento de causa: ¿cómo es posible que no se den cuenta que cada año asesinan a una media de 60 mujeres?; ¿por qué no ven que faltan féminas en consejos directivos y en puestos de dirección?; ¿qué hay de la brecha salarial?; ¿no se percatan de los numerosos abusos y agresiones sexuales que se registran?. Definitivamente están ciegos, no hay otra explicación posible.
Para aquellos y aquellas de las gafas opacas tengo una buena noticia: ese complemento de la visión - por llamarlo de alguna forma - no se adhiere a la piel, es decir, estáis a tiempo de quitároslas y darles un buen pisotón. ¿Qué me decís?, ¿no os parece que las moradas son mucho mejores? Si finalmente optáis por el cambio, os informo de que hay gafas para todos y todas. Hacedlo, os prometo que no os arrepentiréis.

Fdo. Alguien que un día, no hace mucho, llevó gafas opacas y optó por deshacerse de ellas para siempre.


Imagen exraída de la web www.nocreasnada.com

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