UN SÁBADO CUALQUIERA EN CÓRDOBA

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UNA DE BUENOS AMIGOS

jueves, 2 de febrero de 2017

La década de los 30: ¿flor de la vida o decadencia?

Hola de nuevo querid@s bloggers!
Esta entrada versará sobre la decáda en la que este bloguero se haya inmerso desde hace algo más de un año. Aquella que sigue a los maravillosos veinte y supone la antesala a la madurez: los cuarenta. ¿Esto quiere decir que nos encontramos "en tierra de nadie"?, ¿Se nos puede ya llamar "viejos" y exigir responsabilidades? Tal vez sean unos años de transición, de obligado paso y nada más... Sinceramente, no lo creo así. La vida se compone de etapas que se van superando y, cada una, sin excepción, tiene una importancia capital en nuestro bagaje terrenal. Visto de esta manera, sólo tenemos que destacar los aspectos más relevantes de cada una y exprimirlos al máximo, ¿o no? Intentaré desglosar esta década en cuatro puntos que considero vitales y que espero se adapten a vuestra visión.

Punto 1. La etapa de estudiante universitario está cerrada. La puerta de acceso es de seguridad y presenta un cerrojo inquebrantable, no intentes forzarla. Advertencia: si todavía te encuentras dando "bandazos" por los pasillos de cualquier Facultad, cierra esta pestaña y no leas ninguna más de mis entradas. Sí, sí, lo has leído bien, ya va siendo hora de que te sumerjas en el mercado laboral y dejes de "reventar" los jueves noche. Tienes los huevos "mu negros" (excepción hecha para aquellos de vocación tardía - un saludo a mi gran amigo Manuele) (xd).

Punto 2. ¿Qué todavía no tienes pareja estable? No será porque tu madre no te insiste para que "sientes la cabeza y formes una familia". La vida, en compañía, se disfruta doblemente. Pues eso, que ya va siendo hora de "encadenarse", independientemente del sexo.

Si echamos la vista atrás - léase, la generación de nuestros padres -, en su década de los veinte ya estábamos la mayoría de nosotros en el mundo. La sociedad evoluciona y el número de universitarios aumenta, motivo esencial por el cual los plazos se han ido retrasando. Pero no te confíes... Aprieta el acelerador para encontrar a tu media naranja!!!

Punto 3. La independencia económica. Qué bien suena, ¿verdad? No es tan bonita como la pintan. Con ella vienen las cuentas del hogar, los balances de gastos/ingresos del núcleo familiar (más complejos que los de cualquier Multinacional que se precie...), etc, etc. Hablo de aquell@s que hayan "sentado la cabeza", por supuesto.

Los treintañer@s que aún sois almas libres, ya sea vuestro estado civil el de soltero o el de "ennoviado", estáis de enhorabuena. Por un lado os meto prisa para encontrar la estabilidad y por otro recibís una palmadita en la espalda... Una de cal y otra de arena. Consideraos unos afortunados. Y alguno se preguntará por qué. Bien, os daré algunas de las razones que esgrimo para haberos catalogado de sujetos con fortuna: en primer lugar, la vitalidad es equivalente o más si cabe que en la década de los veinte. Sin embargo, la cuenta bancaria ahora sí está en números verdes. En segundo lugar y último, la experiencia vital va en aumento. Sois más sabios que cuando eráis universitarios, creéroslo (xd). 

Punto 4. Por último, y en estrecha relación con el punto anterior, aparece el respeto. Por edad, os habéis ganado el reconocimiento de vuestros padres. Hablo por experiencia propia. Mi hermano, que aún está en los veinte y buscando su lugar en el mundo, todavía genera gran preocupación en nuestros ascendientes. Por mi parte, el interés mostrado hacia mi persona se ha visto prácticamente sustituido por aquel que dirijen a su nieto (totalmente comprensible). Y esto, supongo que inconscientemente, también repercute de manera directa en sus consejos (el haber sentado la cabeza y tener un trabajo estable libera a tus padres de una manera asombrosa...) y por ende, en la confianza que tienen en ti.

¿Cómo? ¿Qué me aventurado con esta entrada? Lo sé y asumo las consencuencias. Espero que éstas últimas sean en forma de comentarios, que puedan generar un enriquecedor debate. Paz y amor, amig@s.





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