Decía alguien en Twitter hace
unos días: “De la violencia machista no
siempre se sale. Hay demasiadas asesinadas. Ellas ya no tienen vida, no tienen
voz.” No sé a vosotras y vosotros, pero a mí este comentario me eriza todo
el vello del cuerpo. Y es que las cifras hablan por sí solas: 972 mujeres asesinadas
a manos de sus parejas o exparejas desde 2003; una denuncia en España por
violación cada 8 horas; en torno a 5 millones de mujeres son tratadas cada año en el mundo con fines de explotación sexual (1 de cada 4 son menores de 18 años); y así un largo etcétera. Desalentador,
¿verdad?
Hoy, 25 de noviembre, se celebra
el día internacional contra todas las formas de violencia sobre la mujer. Hoy,
en todo el mundo, las mujeres alzan la voz para que se las oiga y para reclamar
lo que les pertenece: vivir en paz, ser respetadas, no ser violentadas por el
simple hecho de no haber nacido hombres. Lo ideal, sin duda, sería no tener que
dedicar una jornada al año para exigir algo que es de justicia. Pero eso es
todavía y por desgracia, una utopía.
Como hombre, aprovecharé estas
líneas para dirigirme a los de mi sexo: toca posicionarse; es momento de salir
de la comodidad que otorga el silencio cómplice. Hoy, más que nunca, echaros a
la calle a acompañar a las mujeres. Gritar fuerte a su lado, secundar su justa
causa. Ha llegado la hora de quitarnos el disfraz de privilegios. Toca dar un
paso al frente para unirnos a la reivindicación. Nosotros y ellas, ellas y
nosotros.
Alcemos la voz por aquellas a las
que el machismo calló. Alcemos la voz para condenar toda forma de violencia
sobre la mujer, incluida la prostitución. Alcemos la voz hoy, mañana y siempre.
Un día al año no es suficiente para conseguir el ansiado cambio. ¡Por la igualdad
real y el fin de la violencia machista!
Imagen extraída de http://espaciopopular.com/25-de-noviembre-dia-internacional-de-la-eliminacion-de-la-violencia-contra-la-mujer/